En una aldea llamada Candelumia conviven los Terren y los Acus. Los Terren son seres parecidos a los humanos, pero pacíficos, ágiles y muy delgados. Ellos se agrupan en pequeñas casas por sobre nivel de la calle construidas con paredes de piedras amarillas extraídas de las profundidades submarinas, en donde habitan los Acus. A la entrada principal de sus hogares se le adhiere un muelle con una escalera de madera. El techo es un tejado elaborado con el mismo material pero pintado de rojo, donde se extiende una pequeña pista de aterrizaje que pende de la boca de un campanario que hacen sonar una vez al año.
Los Acus son peces gordos del tamaño de una piñata, rojos con panza plateada. Visten moño y llevan maletín. Estos habitan en cuevas sumergidas tras las represas naturales que los separan de la aldea. Sus cuevas son caracoles gigantes que les ofrecen hospedaje y movilidad. Los Acus son los encargados de realizar tareas administrativas para que cada ciclo funcione correctamente.
Una vez al año se abren las compuertas. Los Terren y los Acus interaccionan mediante los canales acuáticos que corren sobre las calles empedradas de Candelumia, donde solo existe el día. Llevan una cuenta de veinticuatro horas diarias, sin semanas; el año se divide en seis ciclos de cincuenta días cada uno. Estos ciclos se llaman: Nardilo, Pumbio, Atilia, Jox, Chís y Ulíl.
Nardilo es frío y nevado. El cielo da una luz azul que contrasta con el paisaje blanco. En este mes las parejas Terren, sólo si ambos miembros lo han soñado, saben engendrar su cría en un fruto circular y transparente del tamaño de una ciruela. Este fruto pertenece a una planta llamada Pulúa, similar a lo que para nosotros es un ciruelo. Tales frutos, cosechados en el último Pumbio, se depositan y se gestan en una incubadora común con forma de bola de cristal, incrustada dentro de un árbol hueco gigante y ancestral al que llaman Ormo, el cual se encuentra en el centro justo de la aldea.
Pumbio es de cielo cobrizo y seco. Es el mes de la alimentación. La época donde no se hace más que comer, ya que es la única vez al año que los árboles de Candelumia ofrecen sus frutos secos. No hará falta alimentarse hasta el año próximo. Todos los 50 de Pumbio, los Terren hacen sonar sus campanarios durante todo el día en agradecimiento a sus vecinos Acus por proveerlos divinamente.
En Atilia llueve sin parar lo que duran sus cincuenta días. Son abiertas las compuertas y las calles empedradas de Candelumia pasan a transformarse en canales fluviales. Los Terren los navegan en botes negros (similares a las góndolas venecianas) que amarran a sus muelles. Visten sus impermeables pegados al cuerpo, cual traje de buzo, también de negro. Éste es el ciclo donde interac
cionan con los Acus, a quienes les intercambian un resumen anual de lo que poseen y necesitan para sus viviendas detallado en tablillas, para que les lleven la contabilidad y así puedan suministrarle la fortuna.
Jox es celeste. El ciclo del viento. El agua vuelve a sus represas y con ella los Acus. Se cierran las compuertas. Los Terren se transportan en parapentes hechos de papel de diversos colores y travesaños de caña hueca atados con soga de cáñamo, que son lanzados desde la pista de aterrizaje que pende de sus campanarios. Nadie pisa la tierra. Es época de volar y saludarse.
Chís es naranja, y Ormo enciende su cueva en llamas naturalmente en el primer día. Su gran fuego permanece el resto del mes encendido. La llamarada parte en dos la bola de cristal común. Permite nacer y dar vida independiente a los frutos depositados en el ciclo Nardilo. Y salen los bebés, que van caminando desnudos desde el centro de la aldea hacia sus hogares correspondientes mientras fuman pipa, como lo hicieron durante toda su gestación. Más tarde dejaran tal hábito y esto pasará a ser cosa de niños.
Ulíl. Violeta. El ciclo de los regalos. Donde los Terren construyen presentes para la casa a la cual pertenece el resumen que han intercambiado mediante los agentes Acus durante el ciclo Atilia. Los Acus también les han coordinado los encuentros familiares que se celebran el día 50 de Ulíl, y tales presentes son entregados en mano.
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