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Mostrando las entradas de junio, 2025

ARQUITECTURA

  Éramos como siete en eso. Al principio iba todo bien, hasta que el arquitecto Marangoni quiso apurar la loza que dividía la planta baja del primer piso del estacionamiento, asegurándola con unos tensores de acero que iban atornillados a la pared. De entrada, ese detalle nos había parecido una locura mortal; demasiada superficie para el peso que podrían llegar a soportar estos amarres improvisados. Le advertimos eso, pero él seguía trenzado a su idea fija. Esto hizo molestar a algunos de mis compañeros, que por tal motivo decidieron abandonar la obra (Sus vidas les tiraba más). Entonces quedamos tres... y Marangoni, que con su longa oscuridad delgada nos controlaba atentamente sin moverse un segundo ¡Serio como un tero! Parecía un emperador contemplando su muralla. Con mucho esfuerzo logramos finalizar la loza. Él nos llamó a su lado y nos dijo que habíamos estado simplemente perfectos. A nosotros nos parecía una locura a punto de derrumbarse y matar a cualquiera. Estábamos preocu...

CAMA CALIENTE

  (Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia).    De entrada, lo que más me encantó de ella fueron sus movimientos agraciados, pero hubo algo que superó a todo mi cariño contenido, fue cuando con un trapo espantaba a las moscas que escorchaban sobre los embutidos ¡Qué natural que había sido! Ese mismo día, mientras me despachaba, sacó el tema del horóscopo y los planetas, eso bastó para hacer que me lance de cabeza por su tobogán seductor e interesante. La invité a tomar unos mates a la plaza en su receso de la hora de la siesta. Pasaron algunas semanas y nuestra frecuencia se iba sintonizando estando juntos todos los martes a las 15:00 hs. De ir tan seguido a verla y a comprarle salame Milán, terminé conociendo al hombre que atendía en el puesto que estaba frente al suyo. Polio era el carnicero del supermercado oriental, quien a diferencia de lo que apuntaba mi prejuicio descalibrado no era ningún gavilán, por el contrario, demostraba ser un tipo leído adu...

¡ME CAGO EN DEL POTRILLO!

  “Era un tipo que no dejaba de mirarse al espejo. Pensaba que tenía una mancha en la cara pero, al parecer, sólo él la veía...”    - No, eso no. - Se dijo.    Luego arrancó, abolló y tiró la hoja a un cesto de basura.    - Vamos de nuevo. A ver... – Pensaba en voz alta.    “Nélida vivía en un edificio de la calle Anchorena con su madre, que estaba postrada en una silla de ruedas. Tenían como mascota una gata también lisiada...”    - ¡No! ¡Maldición! Eso no es lo que busco - Mientras arrancaba y abollaba su segundo intento de cuento.    - Mmm... - Se rascaba la cabeza.   “Hugh era un borracho perdido de unos treinta y dos años de edad...”    - ¡Me cago en Del Potrillo! - Terminó maldiciendo al exitoso poeta maldito Ismael Del Potrillo de Anchorena, quien lo tenía adormecido bajo su influencia.    Enfurecido revoleó su máquina de escribir al piso.    - Necesito aire. - Se dijo con más calm...

DOS SEGUNDOS

  Todo era azul. El batería, el bajo y el guitarra le daban duro, el cantante se inclinaba aerodinámicamente comandando esa artillería melódica que ametrallaba sin parar a toda velocidad contra nosotros. Un gordo punk me levantó por encima de la muchedumbre sin futuro y fui a parar al medio del escenario. Sentí como todo el estadio, o sea, cincuenta mil personas aclamaban por Los Cyberpunks y por mí. En esos dos segundos quedé perplejo en una realidad paralela, hasta que un matón vestido de motoquero me devolvió de un tirón al mar de crestas tachonadas donde me dejé llevar por la libertad del slam. En ese instante abrí los ojos, vi el cielo estrellado y sentí en una bocanada de aire fresco la coronación de mi momento culminante.    Cuando desperté estaba recostado sobre el poste de uno de los arcos de la cancha de fútbol del estadio y una pibilla punk me estaba mirando. Ella y su amiga gigante bebían cerveza y se reían de mi estado cadavérico. Me dijo que me agarre fuerte...

LA BUENA VIDA

  En un mundo de sensaciones, la verdad es para uno mismo.    Cargaba con cinco víctimas fatales antes de conocerlo. En el intento de ganarme la buena vida sabía casarme con magnates solterones y solitarios. Luego los conducía lentamente a la muerte por envenenamiento y mientras padecían entre sus delirios, los inducía a tramitar mi sucesión. Pero Garibaldo... Fue quien me pudo...    Escapándole a la policía entré de lleno en su casilla. Él se encontraba justo en el momento de soplar las velitas de su cumpleaños en total soledad. Los dos nos asustamos y gritamos cuando chocamos en la penumbra. Le dije que habían intentado robarme, que estaba aterrorizada. Él me calmó y cuando encendió la luz contemplé su situación precaria, aunque confusamente me invadió la acogedora sensación de un gorrión que me ofrecía refugio.    Generamos amistad y comencé a visitarlo a diario. De a poco y sin darme cuenta, me desconocía actuando bajo los efectos de su hechizo ino...

VÍA DEL PARQUE

  La imagen de la calesita era hipnótica, el corto camino de polvo de ladrillo llegaba hasta ella y la rodeaba. El verano, las plantas frescas con flores violetas, los dos asientos de madera y detrás un globo de oscuridad, la zona misteriosa de ese local sonoro al aire libre en medio de la cuadra principal de la ciudad. Dito iba con su madre como todos los jueves a las 19hs, siempre había muchos niños en la calesita, pero solamente a él se le ocurría marchar directo hacia el fondo del local. Debajo de unos pinos, entre unos arbustos que estaban en las sombras junto a unos coches viejos del carrusel, se encontraba en desuso un pequeño tranvía sobre un carril en forma circular. Este carruaje contaba con una locomotora negra y tres cochecitos: uno verde, uno rojo y otro azul (en ese orden). Dito subía siempre al carrito azul y mágicamente el mecanismo comenzaba a funcionar. Su madre, mientras lo esperaba, leía despreocupada la revista de los famosos sentada en uno de los asientos de m...

VISITA

     Una noche de niebla recibimos sorpresivamente la visita de un viejo amigo de mi padre, Fardo, el isleño. Después de cenar, mientras los tres nos encontrábamos tomando un licor añejo, Fardo comenzó a contarnos que hacía unos días le había agarrado una tormenta fulera, que el fuerte viento huracanado despedazó su choza y que entre el despelote flotante de cacharros y animales desesperados por sobrevivir a la inundación el agua le había llegado hasta el cuello. A continuación describió lo que nos dejó boquiabiertos...    Era un cisne blanco inmaculado, elegante y brillante que se acercaba volando hacia él, el ave lo tomó por los hombros y se lo llevó colgando en medio de la tempestad. Al despertar, tenía bajo sus pies una espesa flota de nubes violetas y una maraña de relámpagos enfurecidos descargando su ira contra la tierra. El cisne lo sujetaba con delicadeza y no emitía más que el sonido de su aleteo consagrado. Parece ser que al final de su recorrido, el ...

VAMBIRO

  Como era habitual, velaba entre los transeúntes y la niebla. Los faroles pintaban los muros de un tono triste y melancólico. Los carruajes repiqueteaban en el empedrado que hacía eco con voces guturales. Ella estaba en un rincón, fue entonces cuando generé mi aparición. Sonó la campana de la medianoche. Mis ojos sedientos de sangre fijaron su atención en su delicado cuello… Fui incisivo desde el primer momento… Y le dije:    - ¡Usted está bajo mi control, entréguese! -    "Fui a tomar un taxi a la esquina del Congreso, lo esperaba bajo el café abandonado El Molino. De ahí fue que apareció ese viejo ridículo que parecía estar obsesionado con mi cuello y como si la cosa no pudiese ser peor intentó hipnotizarme."    "Me encontraba en el móvil, patrullando. Recibí unllamado del 911. Acudí a la intersección entre Rivadavia y Callao, donde me encuentro con la situación de un masculino de avanzada edad disfrazado de Drácula, siendo agredido por un femenino ...

PALOMAR

  La adrenalina que me impulsaba como un resorte hacía palpitar el entorno de mi visión, solo veía desde abajo las piernas de mi compañero del colegio y la escalera cada vez más corta. Hasta que Fariseo abrió delicadamente esa reja. El sonido de las aves me exasperaba aún más, pero respiré profundo y entramos.    Era una habitación grande repleta de palomas, con objetos meticulosamente ordenados. Al hurgar en la jaula sólo encontramos unos cuantos mapas de ruta y una infinidad de planillas guardadas en un armario, que al leerlas lo único que llegué a entender fueron las siguientes palabras: “Salió”, “Llegó” y “Detonó”. En ese instante Fariseo, distendido sobre la pared del fondo, me decía que al fin y al cabo su abuelo no poseía más que un palomar ordinario. Fue entonces cuando sus palabras se desmoronaron con pared y todo. Las aves aterrorizadas chirreaban entre el estruendo y la polvareda que se había formado. A pesar del susto Fariseo estaba bien, ese muro resultó ser ...

MENGANO

  Desde aquel surtidor oxidado en el muelle del canal, Don Arébalo esperaba paciente que algún lanchero pare a recargar el tanque. Este señor ya estaba un tanto entrado en años y los anzuelos de la humedad le torturaban la salud. Su cuerpo ovalado se fundía con la reposera deshilachada. Conservaba un semblante acartonado con la mirada en la bruma, la contraseña del equilibrio dentro de una mente espesa y práctica. Su vida circulaba con vermouth, tabaco y revistas de famosos que le dejaba un cliente de San Fernando.    Don Arébalo, alguna vez, tuvo un socio, nuestro aventurero en cuestión.   Mengano era un organismo consumido, aunque pujante y obstinado. Gente curtida de intemperie y suerte precaria. Marrón y turbio cual su río. Su rol en tal empresa con Don Arébalo conllevaba la tarea de recorrer los espineles con la esperanza de ensartar algún dorado, o algún bagre al menos, que calmara los tambores pesados del hambre en aquellos tiempos.    Una tarde de i...

VOLVIÓ UNA TARDE

  Uno cree poder elegir, cuando en verdad, las variantes de la vida son las que lo eligen a uno. Entonces, ahí sí, vale la pena poder contar con la utilidad que nos concede traspasar el riesgo.   “...Ellos saltaron sobre su cabeza y le destrozaron el cráneo, la bestia sorprendida se dedicaba a arremeter visceralmente contra los huesos ensangrentados de su alimento. Tiempo después, los cazadores y exploradores de los bosques del valle hallaron la muerte a causa de una peste desenfrenada. Peste que tal vez pudo haber sido apaciguada por la arboleda, que al ser talada, venció a las heladas del crudo invierno.” El tipo miraba el televisor boquiabierto, ya estaba abatido por la presión de tener que mantener el ritmo de los tambores de sus asuntos, pero eso de la tele le hacía reflexionar un rato al menos.   - Algo así como la cadena alimenticia... - Comentaba en voz alta. - Nadie puede zafar...- Mientras engullía unos snaks inflados que se esparcían cayendo contra su falda uni...

ANTUÁN

  Cayó desde la tribuna y hundió el capó del 3cv verde. Hertaldo salió del vehículo, limpió sus lentes, contempló al cerdo despatarrado y luego en dirección de donde venía el bullicio. Sólo se veían algunas serpentinas y papel de diario picado cayendo como copos de nieve sobre la tarde gris. El puerco lo miraba con la tristeza más triste que jamás haya conocido, por eso Hertaldo acudió en su ayuda. La garúa contrastaba todo contra las chapas del Citroën. En la calle no había nadie (típica de sábado otoñal a las 15:00 hs en las inmediaciones de los estadios de fútbol del ascenso). Entonces, con el esfuerzo del mundo pudo cargarlo en la butaca trasera, llevarlo a su casa y recostarlo sobre una frazada en la mesa del comedor. El puerco estaba tieso, a Hertaldo le sorprendía que siga vivo y que no haya gritado en ningún momento. Se le venía a la mente un recuerdo horroroso de su infancia en el campo… A su padre le encantaba reventarlos... ¡Y cómo chillaban! ¡Y cómo se lo hacían comer ...

ASCENSIÓN

  Él pensaba guardar el obsequio para una ocasió n especial, pero entonces todo cambió, llegó un amigo y eso le inspiró recodar que precisamente no era un hombre de bodega. Con unos tragos de este néctar se dieron cuenta de que el mundo podía ser de ellos y salieron a conquistarlo. Afuera les dio el aire fresco de golpe, y el no haber comido antes no fue una buena idea. La cabeza le entró a dar vueltas y lo primero que pudo ver fue a su amigo Chalazio meándole el auto al gentil vecino. Y de camino al centro comercial, donde todo era vidrieras y neón:  - ¡Bueno, bueno, bueno! ¡Que suerte tiene uno de encontrase con dos ninfas fuera del bosque! - Comenta Caldera.    Ellas apresuraron el paso. El segundo borracho redobla con una barrabasada y una de ellas le vacía un gas pimienta en la cara. Las luces de la ciudad se le fueron apagando lentamente al igual que sus gritos lamentables. Caldera avistó la fuente en la plaza que le calmara el ardor de Chalazio. Mientras este ...

EL VETERANO DE LA ALABARDA

  En una tarde noche azul, sobre un lago escarchado del invierno Varsoviano, sólo usted es testigo de los pasos del guerrero veterano. Con la mirada indolente vislumbra la estructura en el medio de la nada. Se abre la puerta, lo recibe un esbirro desproporcionado y fiel, quien toma gentilmente su alabarda, su escudo, su casco y lo invita a pasar. Detrás de la cortina de terciopelo, entre la humareda del incienso, lo espera La hija de las veinticuatro estaciones. Barajando el tarot, lo mira con la mirada delineada extraplanar que tienen las gatas y las brujas.  - ¿Que lo trae esta vez? -  -Usted ya sabe...-  - Mmm, ya veo... Déjeme ver que le depara el tarot. Ella tira las cartas.  - Sabe usted que ésta es mi última batalla... Me retiro, soy un veterano cansado. -  -Lo sé.... Ahora présteme su mano.-    Le lee sus líneas. - Mmm... Bien. Tengo lo que necesita. Mete una mano entre sus pechos y saca una pequeña pócima amarilla. - Esto que usted ve aqu...

CANDELUMIA

  En una aldea llamada Candelumia conviven los Terren y los Acus.  Los Terren son seres parecidos a los humanos, pero pacíficos, ágiles y muy delgados. Ellos se agrupan en pequeñas casas por sobre nivel de la calle construidas con paredes de piedras amarillas extraídas de las profundidades submarinas, en donde habitan los Acus. A la entrada principal de sus hogares se le adhiere un muelle con una escalera de madera. El techo es un tejado elaborado con el mismo material pero pintado de rojo, donde se extiende una pequeña pista de aterrizaje que pende de la boca de un campanario que hacen sonar una vez al año.    Los Acus son peces gordos del tamaño de una piñata, rojos con panza plateada. Visten moño y llevan maletín. Estos habitan en cuevas sumergidas tras las represas naturales que los separan de la aldea. Sus cuevas son caracoles gigantes que les ofrecen hospedaje y movilidad. Los Acus son los encargados de realizar tareas administrativas para que cada ciclo funcio...